SEGUNDO TRIMESTRE DE EMBARAZO

En este trimestre viví unas de las experiencias más importantes de todo mi embarazo, el día que supe el sexo de mi bebé.
Fue en la semana 17, en una clínica privada.
Nosotros queríamos una niña, pero desde el momento en que me quedé embarazada no sé por qué, sabía lo que era.
Cuando me dijeron que era niño, empecé a llorar sin parar. ¡Qué momento tan emocionante! Una mezcla de sentimientos de alegría, de miedo, de dudas, pero sobretodo sentí un amor incondicional por el que desde aquel instante iba a ser mi príncipe azul.
Desde ese día ya lo imaginaba en mis brazos, hasta imaginaba cómo sería su carita, su pelo, sus ojos...
Lo curioso de aquello fue que no habíamos decidido aún el nombre del bebé, y cuando la doctora me dijo:
- ¡Es un chico! ¿Cómo se llamará?
(Me vino a la cabeza entonces, sin pensar...)
- ADRIÁN.

Cuando lo comenté con mi marido al salir de la clínica, me dijo que no habíamos decidido aún el nombre de chico...  ¿Por qué había dicho Adrián? No sé, teníamos una lista preparada con nombres muy bonitos: Marc y Xavi eran sus favoritos. A mí me gustaba mucho Adrián, Mateo, Bruno y también Biel. (Demasiados nombres) 
Pero en aquel momento lo decidí así y ¡así se quedó! Y no se puede llevar la contraria a una embarazada. 

Recuerdo que mandé la típica foto por WhatsApp de la ecografía (donde nunca nadie ve nada pero para ti es el bebé más guapo y maravilloso del universo) con mi pequeño allí flotando y unas letras donde se leía "ADRIÁN 17 SEMANAS". Unos momentos mágicos y muy tiernos que nunca olvidaré. 


Estos meses en teoría iban a ser los mejores, aunque yo seguí vomitando... No dejé de hacerlo hasta la semana 25, y por fin pude dejar la medicación para ello.
Sin contar las náuseas y los vómitos, los otros síntomas desaparecieron. El cansancio se fue  y los pechos ya no me dolían.
Aunque seguí bajando de peso, no era nada alarmante. No tenía hambre nunca porque casi todo me sentaba mal, así que pasaba los días comiendo muy poquito.
Eso sí, no dejé de hacer ejercicio. Iba a Pilates dos veces por semana, ya no podía hacer abdominales,  pero por lo menos me mantenía en forma.
Mi barriga seguía creciendo, cada vez más y más. Yo adelgazaba y Adrián engordaba muy rápido. Todo el mundo me decía que sólo tenía barriga. Y la verdad, es que yo me miraba al espejo y me veía fantástica. Fueron los meses donde me encontré más guapa, me estaba acostumbrando a esto de estar embarazada y bueno, ¡No estaba tan mal!



Las ecografías siempre eran perfectas en cuanto a peso, tamaño y todo en general, de momento...


Comentarios

Entradas populares de este blog

MI EXPERIENCIA CON EL BANCO DE LECHE MATERNA

VERSIÓN CEFÁLICA EXTERNA (VCE)

DESTETE NOCTURNO